domingo, 31 de mayo de 2009

La culpa es de Madonna






La Ambición Rubia es la responsable, si, de que sus avezadas seguidoras, las aprendizas aventajadas de princesas, reinas y marquesas del Pop sigan su estela. Ella, pionera en todo lo visible, ya recurrió a un renombrado artesano veneciano para que le cosiera el traje virginal que luce en el ya legendario clip de 'Like a virgin'. Corría el orwelliano año de 1984 y la diva, entonces una incipiente starlette en comparación a su status actual, retozaba en una góndola con todo el arsenal de encajes y blondas del que fue capaz de cubrir su jovial anatomía.













Para inaugurar década, la de los 90, la artista se dejó hacer por su amigo Jean Paul Gaultier, autor de los bodys con senos cónicos que Madonna exhibió en su gira Blonde Ambition. Con este fichaje, la chica material sentó cátedra y subió la moda en estado puro a los escenarios. Ella y el enfant terrible, claro, precursor de una alianza diseñadores de moda en estado de gracia-cantante del momento que continúa vigente.









También en la propia Madge, huelga decirlo.
Últimamente, hemos podido disfrutar de las piruetas circenses de Britney Spears y sus danzarines por obra y gracia de la firma de los gemelos Caten, Dsquared2; de los looks corseteros de Beyoncé revestida por Thierry Mugler; de la nueva Kylie Minogue pasada por la aguja rebelde de Jean Paul Gaultier; de la incombustible Madonna versionada por Riccardo Tisci o de la desconcertante alianza Armani-Laura Pausini. Mención aparte merecen las nuevas estrellas de la industria, que, sin necesidad de contratar a un couturier en exclusiva, marcan tendencia en directo: Karen O, Lady GaGa y Katy Perry.

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