jueves, 4 de marzo de 2010

MR BRAINWASH EL ARTISTA DE LAS ESTRELLAS

Más allá de los quince minutos de fama que hoy se consiguen con herramientas diabólicamente efectivas como Youtube, hay quien opta por buscar la gloria a través de estrategias de lo más elaboradas. Mentir es una de ellas, pero hay mentiras tan literarias, tan casi ciertas, que yo sólo puedo inclinarme humildemente ante sus creadores.
Sobre todo cuando la puerta hacia su estrellato la abre nuestra debilidad y fascinación ante la compañía o la palabra de alguien realmente célebre que decide apostar por el impostor sin saberlo. O incluso contribuir a la farsa conscientemente.

Banksy, el artista sin rostro que ha pasado de enfant terrible de la crítica social vía graffiti a carne de coleccionista sin abandonar el lienzo liberador que le ofrecen las calles, ha apadrinado al artista de Los Ángeles Mr. Brainwash. El nombre, señor lavacerebro, es brillante. En cuanto al talento, parece que dejó hace tiempo de ser prioritario: para una hija de artistas que sí lo tienen pero carecen de célebre paladín, resulta obsceno que múltiples réplicas de Warhol pasadas por el túrmix de la iconografía del siglo XXI de Mr. Brainwash -Angelina Jolie en lugar de Jackie O- se vendan a 100.000 euros.

Pero si alguien en su segunda exposición puede vender a ese precio, es porque la magia del nombre Banksy ha surtido efecto. Creador inteligente y mordaz, pero fan declarado de Mr. Brainwash, su bendición ha servido para hechizar a coleccionistas y público. Y no sólo. El último disco de Madonna, Celebration, lleva un Mr. Brainwash en la portada: una reinterpretación de una de las Marilyns de Warhol, pero con el rostro de la cantante. Revolucionario.

Hace unos días, durante la inauguración en Nueva York de su macroexposición -con portero forzudo, lista VIP y un millar de invitados-, un coleccionista que acababa de invertir 50.000 dólares decía: "Mr. Brainwash tiene contactos y eso es lo único que importa. Por eso compro". La muestra, para mayor obviedad, se titula Iconos. Banksy no sólo ha verbalizado su pasión por Mr. Brainwash sino que le ha convertido en el protagonista de Exit through the Gift Shop, un documental que ha cautivado a los críticos en el Festival de Sundance y en la Berlinale.

Curiosamente la película habla sobre el arte callejero y los excesos a los que ha llegado el mercado del arte, pero el propio Banksy ha advertido, críptico, que en el filme "todo es cierto excepto lo que no lo es" y eso es lo realmente inquietante. ¿Será Mr. Brainwash una tomadura de pelo artística? ¿Será el producto de una reunión entre graffiteros que una tarde tomando cañas decidieron echarle un pulso al mercado? ¿Una buena agencia de relaciones públicas y algo de capital bastan para crear un nuevo mito? ¿Será Mr. Brainwash el propio Banksy? Eso sería un golpe absolutamente genial por parte de Banksy, la obra maestra de un provocador cuyo trabajo de guerrilla urbana siempre ha conseguido meter el dedo en muchas llagas, incluida la del arte como negocio.

Pero de momento, si hay fraude, nadie lo ha dicho. Así que, el dinero sigue lloviendo y mientras, seguimos haciendo cola para salir en la foto con Mr. Brainwash, como los que esperaban pacientes por ella durante la inauguración. El deseo común a todo ser humano es que alguien nos haga sentir especiales. Es la ventaja que tiene este artista, y todos los que, con o sin talento, urden astutos planes de conquista: saben que nos hemos hecho adictos a perseguirles para la foto.

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